Casi 500 millones de personas en el mundo padecen problemas auditivos, según cifras entregadas por la OMS. Eso hace que condiciones como la hipoacusia bilateral y el uso de aparatos auditivos de última tecnología sean situaciones cada vez más comunes.
Por todas estas cosas, la salud auditiva y el cuidado de los oídos son temas que ganan cada vez más espacio en los programas de salud pública, a medida que la población global crece y nuestros entornos se hacen más ruidosos y contaminados.
Entender las causas de los problemas auditivos adquiere entonces relevancia, y tal vez le sorprenda saber que éstas pueden ser adquiridas (generadas por agentes externos) o congénitas.
Es fundamental reconocerlas y evitarlas, mucho más cuando la cuarentena generada como respuesta a la COVID-19 puede aumentar la probabilidad de estar expuestos a algunos de estos factores, como dispositivos de entretenimiento con volúmenes elevados.
Lo que empeora mi salud auditiva
En este caso hablamos de los factores adquiridos que pueden generar pérdida de la audición a cualquier edad, muchos de ellos relacionados con nuestros estilos de vida:
Pérdida de audición congénita
¿Es posible? Sí, es posible heredarlos o nacer con ellos, por complicaciones durante el parto. Estos son los factores congénitos: