La audiometría es una prueba auditiva de gran ayuda para conocer si tenemos una pérdida de audición o no. Son varias las razones por las que las personas acuden a realizarse esta prueba, y no necesariamente tenemos que estar plenos de salud auditiva sino que las personas con audífonos también pueden y deben hacerla de vez en cuando.

Existen dos tipos de audiometrías diferentes tal y como indican los profesionales de ORL. Pueden ser tonales o verbales. En la tonal la persona se encuentra dentro de una cabina insonorizada y se la colocan unos auriculares. Se emiten distintas frecuencias de sonido a través de dicho auricular y es el paciente quien indica si oye o no. Así se consigue medir el umbral de audición. Después una varilla metálica vibradora será la responsable de conocer si la estimulación auditiva vía ósea funciona o no.

La audiometría verbal consiste en una serie de palabras con un equilibrio fonético y con distinta intensidad de pronunciación. Al repetirlas, se establece una curva de inteligibilidad que dirime los fonemas o palabras que el paciente ha comprendido. La persona que se somete a esta prueba no debe tener problemas de lenguaje y ser mayor de 5 años. Dura unos 20 minutos.

¿Porqué debo hacerme una audiometría? Pues por cuatro razones que serán las que te ayuden a dar el paso:

En la Plataforma Audiológica GEA te acercamos a tu especialista de zona de influencia para que puedas someterte a esta sencilla prueba.